Espero que todos cuanto lean esta reseña en el Diarius no solo la compren sino también la recomienden y logren que sea comprada por al menos otras diez personas (habrá que insistir en nuestra librería habitual que la pidan a la editorial en caso de que no la tengan a mano, cosa más que probable si no es en algunas librerías de Asturias y Madrid). Difusión en cadena, boca-oreja, bomba de racimo. Necesitamos que esta novela se enajene todo cuanto sea posible, y deje así de pertenecer a un solo dueño. Que sea de los lectores.
Sobre el mal, sobre la voluntad de poder, sobre la naturaleza del hombre y sobre la Naturaleza misma. Adjunto aquí la reseña que aparecerá en la contracubierta del libro:
Para Camilo Pedro, el protagonista de la novela, habría sido
mucho más sencillo ver cumplidos sus sueños de burgués acomodado,
haberse casado con Margarita y terminar siendo profesor
de Geología en la Universidad Complutense de Madrid. Pero
el destino le tiene reservada otra existencia. Su director de tesis,
el profesor Garrido, lo embarca, junto a dos compañeros más,
Gregorio y Bobby, en un proyecto para buscar petróleo en la isla
de Serolf al servicio de una asociación entre las petroleras Brip y
Repansa, británica y española respectivamente. Las aventuras objetivas
y subjetivas dentro de la isla irán transformando a los personajes,
inmersos en un mundo plagado de misterios.
La novela que el lector tiene entre sus manos, escrita con un gran
dominio estilístico y una prosa por momentos hipnótica, con brotes
de un inesperado sentido del humor, permite hacer varias lecturas:
se puede leer como novela de entretenimiento y aventuras,
con una estructura clásica; entre líneas hay una amarga crítica
sobre la civilización y el progreso; es también una novela psicológica,
incluso psiquiátrica, y de antropología-ficción.
Esta fábula sobre la prístina pureza de la naturaleza, pero también
sobre su ausencia de moral, y sobre la voluntad de poder inserta
en el hombre, podría desarrollarse en un grueso volumen, pero
el autor ha escogido el camino de lo conciso y el lector, mientras
se adentra en su lectura, agradece la potencia de sugestión de una
novela concentrada que no flaquea por ello en detalles, sensibilidad
y fuerza narrativa.
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