xx la muerte se aparece en mitad de la madrugada y queda conjurada por la intervención de venus príapo
Meditabundo y ebrio como un topo
renazco entre algodones y azucenas,
entre tules angostos, entre penas,
entre venas de amor a desafuero.
A deshora me envaro y me desvelo
y pongo en vilo y lid al triunvirato,
mayores son hazañas que a-rebato,
más sonoras campanas que en el cielo.
¡Despierta, Aurora, tus azumbres!
¡A desgranar babosas te declaro!
¡A ordeñar sinsabores y sospechas!
Blandamos por igual nuestras panoplias
para el ardor lebrel incandescente,
podremos juntos retorcer la muerte.
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