miércoles, 4 de julio de 2018

CASA RURAL "ESCENAS GALDOSIANAS"

El lugar, un poco de historia, anécdotas, imágenes, tarifas y contacto




LLAMERA. Un pequeño pueblito cerca del pantano del Porma, originalmente denominado de forma oficial "Juan Benet", pues el autor de Volverás a Región fue el ingeniero que realizó la monumental obra.
Alrededores
El topónimo del pueblo, Llamera, no tiene que ver con la expresión mexicana "ya mero", sinónimo de "ahorita mismo", en inglés "today, tomorrow or the next year, it depends".
Es un pueblo de fama universal por tener una sola calle. Una calle cuya denominación se lleva investigando durante décadas por el misterio que encierra: en la calle Nogales, que así se llama, no hay nogales, que es el árbol que da las nueces. Acaso al final de la calle y poco antes de una pequeña desviación hacia la iglesia, del flanco izquierdo, junto al muro de la que fuera la casa de Coro y Valerio, sí puede verse un enorme nogal. Estos ancianos tenían muy buena amistad con el famoso escritor mitad hombre, mitad silla de ruedas, Hernando Velas, Hernán do Velas según otra nomenclatura, o Hernán Dovelas, o dos Velas, o a dos Velas, depende siempre de las fuentes. La insignificancia del escritor favorece la oscilación onomástica, hasta el punto de existir académicos que han contemplado la posibilidad de considerarlo anónimo; la tesis es muy poco aplaudida por otros eruditos que, con razón, defienden la tesis como imposible, dado que Anónimo sea tal vez el autor más prolífico de la literatura universal. Valerio, decíamos del viejito, solía estar siempre sentado en el poyo del muro de la casa que da a la calle (la calle Nogales, claro), siempre con un mortecino cigarro de liar entre los dedos o entre los labios, y una botella de cerveza. Vivió más que ciertos filósofos griegos, los más longevos, muy probablemente gracias a que nunca en su vida a partir de los 15 años ingirió la más mínima cantidad de agua; sólo bebidas espirituosas. Coro, su esposa, era una señora bondadosa y siempre enfurruñada con su marido. Valerio se subió un día al muro de mampostería lateral del huerto, el muro lateral que mira hacia el enorme nogal. Y se encaramó, con la ayuda de una alta escalera de madera, precisamente con la intención de podar una enorme rama del nogal que pretendía invadir su propiedad. El médico forense que hizo la autopsia del cadáver no fue capaz de certificar si Valerio se murió encima del muro y después se cayó al camino, si cayó del muro después de tropezar y murió al golpear contra el suelo recién asfaltado, si se tiró voluntariamente o si se murió de la risa mientras se despeñaba.
Espadaña iglesia

Las crónicas locales atestiguan una falta de actividad cultural de dimensiones proverbiales en el pueblo de Llamera. Se piensa que es por carecer de bar. Tampoco cuenta con Universidad (de haber contado con ella, muy probablemente existiría un bar en alguna de sus facultades o siquiera en el paraninfo). Regresando a Valerio, tenía que caminar 5 km por caminos, bosques y hasta por la ribera umbrosa de un río con molino para llegar a Boñar, cabeza de comarca, y poder beberse unos vinos cuando Coro le había escondido todo el alcohol que quedaba en la oscura, húmeda y siempre gélida casucha.
Hernando Velas antes de la 
metamorfosis, en una piscina próxima
Sin embargo, según un estudio llevado a cabo por el escritor arriba citado, Hernando Velas, se refuta la versión nihilista sobre la historia de Llamera y aporta en su trabajo Llamera y el Oráculo de Delfos una ingente cantidad de documentos y citas con las que destruye demoledoramente cualquier intento por minusvalorar la historia y relevancia de la aldea. Su argumento principal reside en la agricultura, muy practicada en la zona junto a la ganadería. "Desde que Ceres, diosa de la agricultura, fundara el pueblo de Llamera, ninguno de sus habitantes ha dejado de pensar sobre la muerte y el sentido de la existencia; no había noche en la que cada uno de los hombres y mujeres del pueblo no escribieran un poema, con predilección por la métrica italianizante y greco-latina (sonetos, églogas, ditirambos, epitalamios, anapestos, pollo al curri...)."
La casa y 2 ladroes (de medias)

Nuestra casa rural, sita en la calle Nogales, tal y como queda dicho más arriba, cuenta con una casa para inquilinos, preferentemente con un número de hijos impar mayor que uno y menor que cinco, con maridos un poco malpensados y astutos pero muy simpáticos y esposas cultivadas, preferentemente psicólogas, que tengan predilección por la música culta y la literatura y que sean capaces de soportar al escritor Hernando Velas, que suele alojarse en nuestro rincón campechano en los meses de julio y agosto, ese hombre mitad humano, mitad ruedas y mitad idiota. Está claro que un todo no se puede dividir en tres mitades, pero es aquí donde reside el misterio y, por encima de todo, el criterio de cada quien para considerar cuál de sus inútiles facetas merece llevarse la mitad completa.
Alrededor de la casa


El precio de alojamiento es de 115 € por noche. Sin embargo, El alojamiento rural "Es-cenas galdosianas" tiene la suerte de 
poder agasajar a nuestros inquilinos con dos noches gratis, siempre y cuando dichos inquilinos cumplan con las reglas arriba establecidas y la fecha tenga por año uno con al menos dos milenios, ninguna centena y una decena que coincida con la mayoría de edad legal en la mayoría de los países civilizados.


 Contacto: Calle Nogales s/n, Llamera.



Ñam en restaurante próximo