miércoles, 24 de octubre de 2018

Poemas en BooksMovie

Gracias a Roberto, a la asociación cultural CEDRO por sus grabaciones y a BooksMovie por incorporar en su fonoteca estos poemas







El último poema escogido del segundo audio, Desde el abismo, versos inválidos, «Sed de venganza», nació de un mal despertar. Nos atacan los demonios del presente y la bilis negra nos posee. Por eso su inclemente crudeza. Y en esa crudeza se puede producir cierto grado de injusticia hacia quienes más queremos, como queda claro en los versos descarnados. En este poemario, la mayor parte de los poemas nacen de estados anímicos bajo el ciclón de mi vida tras el accidente y la tetraplejia posterior. Algún amigo me ha sugerido incluso autocensurarme. Pero de ningún modo. El poemario está lleno con la verdad de los días; contiene por igual los dos lados del rostro de Jano, del yin y el yang, el afán destructor y el gozo voluntarioso que todavía se debaten en nuestro interior. Pero me ha parecido oportuno sin embargo añadir, en la entrada de mi blog al menos (en la fonoteca de BooksMovie ya no puedo hacer nada), un poema de amor escrito en este mismo periodo de mi vida. 

Mercedes

Te he dedicado pocos versos.
Preside, reina, impregna, invade,
todo lo llena, el aire todo
es una sustancia tuya, es vibración de ti,
amada mía, textura de un deseo innombrable,
de una gloria que alcancé a tocar y me cubrió,
me cubriste como dedos de aurora
y ahora que el momento ya no existe,
que se ha fugado el hoy y te me has ido…
Tu imagen fresca reverdece
tantos instantes inseparables, juntos,
tantos labios, tu cándido perfil de niña inquebrantable
y esa mirada tuya, alas de una mariposa de azabache.
Soñé que lo decías como se pide el pan de cada día,
mirándome a los ojos cotidianos,
“te quiero”, me decías.
Era la música del cielo.
Te tuve, me tuviste, nos tuvimos
sin saber que era nuestra la Tierra y sus jardines,
no desdeñando, sin desagradecimiento,
compañeros y amantes, un solo cuerpo,
un libar con las miradas al mismo punto dirigidas
la copa del amor al  horizonte.
Cuando era apenas púber me enseñaste
tus manos, me las diste y me salvaste.
Ahora comprendo el propósito
—no sé si es tarde— de darte cuanto pidas,
de propiciar perpetuamente tu sonrisa,
que tu alegría hubiera sido mi única conquista
obsesiva, ciega, loca,
haberme dedicado a sembrar de flores donde pisas
y suspenderte en el aire para engañar a la edad siempre implacable.
Perdóname por esta sombra
que me ha transido a pesar mío.

Te he dedicado pocos versos
porque es inútil intentarlo,
y sólo una palabra te asemeja,
de una sola manera pronuncio cuanto albergas
y ese vocablo es tu nombre,
amada mía.
Es tu nombre la fórmula exclusiva.
No hay praderas ni flores ni paisajes,
no hay luz ni claridad ni nada,
sólo tu nombre,
sólo tu nombre,
igual que aquella vez sobre la arena
¡todo lo puede el mar, todo lo borra!
Sólo el recuerdo nos queda. No lo niegues.








1 comentario:

  1. Hernán,me ha conmovido hasta los cimientos más profundos de mi ser tanto amor y tanta belleza contenidos en este poema,homenaje a tu amada Mercedes.Siempre es tiempo para expresar a la persona amada el quantum y la calidad de tan excelso sentimientos.
    Ella lo merece.
    Os quiero. Margarita

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