domingo, 21 de diciembre de 2014

Qué difícil es cambiar el mundo


El lenguaje es un lujo muy por encima de nuestras posibilidades. Con él hemos construido el mundo. Además de habérseme privado de otros lujos aparejados a la especie (caminar, tocar, sentir físicamente, desplazarme mediante la bipedestación autónoma, mantener relaciones sexuales, defenderme manualmente y agarrar objetos, prepararme o preparar a mis hijos la comida, escribir con una pluma en un papel, tirarme bocabajo sobre la hierba, la arena o ni siquiera sobre la cama, patear el aire…), además de casi todo, incluso estoy privado de poder alzar la voz con prominencia, pues mi caja torácica carece del soporte muscular necesario y en realidad ni me explico cómo es posible articular la voz en medio de tanta ausencia. Esto explica que frente a grupos sociales mínimos haya optado cada vez más por el silencio. Mi espíritu rebelde se ha visto de pronto aplacado desde varios frentes, las tropas enemigas de Fortuna me han tendido esta celada inclemente, han cercado mis caminos con alambres de pinchos y han sembrado de zanjas y de minas la gran vereda de mi lenguaje oral. Incluso en el pequeño comité de mis amigos mi tendencia es el silencio. Por si el azar fuera poco, la duda hace el resto. Más que nunca me sirvo del báculo de la literatura (la letra escrita). Me deja perplejo y mejor que nunca compruebo con estupor que, en efecto, el lenguaje es un lujo por encima de nuestras posibilidades. Enciendo el radar y escucho, oigo con atención a mi alrededor y entiendo, socráticamente, que solamente sé que no sé nada.
Por el contrario, el personal se lanza sin pudor a la pornografía del lenguaje, que es la verborrea. Cualquier persona de a pie apostola sobre asuntos complejos sin apenas apoyatura intelectual. Puro dogmatismo (del griego doxa, "opinión"). Aunque soy hijo de algo más allá aún de la posmodernidad (¿supramodernidad?) y de los "tiempos líquidos", me atrevo a proponer que lo contrario al dogmatismo es la razón. La razón se promueve desde la capacidad intelectual de observación, análisis y construcción del discurso, y debe apoyarse en el conocimiento. En literatura escolar el dogmatismo se presenta como la doctrina filosófica ¡¡?? opuesta al escepticismo. En caso de aceptar la definición académica más simple, al dogmatismo se le atribuiría precisamente un exceso de confianza en la razón como único instrumento para llegar a la verdad. Pero de hecho el dogmatismo al que me refiero es el de andar por casa, la costumbre más profusamente utilizada de fundar la verdad en la opinión, que a su vez es vicaria, consigna arquetípica del discurso ideológico, mandoble dialéctico que se toma prestado del armario de determinada doctrina. La razón no aparece por ningún lado.
Cualquier idiota o dogmático puede execrar de un hombre o una mujer a quienes el destino les ha otorgado el desempeño de un papel de dignificación del ser humano y de su historia; o por el contrario, puede glorificar sin titubeos al villano. Esto me molesta.
En una tertulia de la televisión, un cacaseno de periodista —me fundo para el vituperio en la mezquindad de su discurso, indicador a las claras de un idiota o un dogmático— denostó de un plumazo la carrera completa de Barack Obama como presidente, y quiso llegar tan lejos su petulancia que más bien pretendió denostar al hombre mismo, como si su existencia se tratara de un error. No es difícil encontrarse uno salpicado por pócimas dialécticas precocinadas contra las que resulta estéril la reacción. El vómito de la razón se producirá de forma inexorable. A propósito de Obama y en su desprestigio más divulgado se oye mucho aquello de que "parece mentira que le hayan otorgado el premio Nobel". De la Paz. Si uno se mete en la página web oficial de los premios suecos puede indagar los motivos que impulsaron al jurado. Cuando se le concede el premio apenas llevaba nueve meses como presidente de los Estados Unidos, pero atesoraba ya por entonces una serie de méritos que cobraban su dimensión inconmensurable al estar adscritos al presidente de la nación más poderosa de la Tierra. Grosso modo, se le concede el premio por sus labores diplomáticas en pro del desarme nuclear internacional, la intervención activa para propulsar procesos de paz incluso en los conflictos más abstrusos (y debe entenderse por lo tanto que, entre otros, se encuentra el de Oriente Medio) e incorporar como objetivo político propio y nacional el fortalecimiento de la democracia y los derechos humanos en todo el mundo, así como en la participación de medidas concretas en beneficio del medio ambiente y contra el cambio climático. Si mi vecino o yo tuviéramos semejantes pretensiones no nos otorgaban el Premio Nobel de la Paz por nuestra obvia insignificancia; pero tales ejercicios de poder emanaban del que probablemente resulta el figurón o uno de los figurones más relevantes de la faz de la Tierra. Yo no entiendo, pero se me ocurren ejemplos de facto, que alguien pretenda sembrar de injurias semejantes propósitos, que bajo la luz de la más mínima inteligencia, en mayor o menor grado de idealidad, resaltan por ser objetivamente beneficiosos. Claro está que hay pieles para las que ya de por sí las palabras paz o libertad resultan urticantes.
Algo que resulta del todo evidente es que existen poderes supra-políticos que impiden o propagan, según sus intereses más espurios, las políticas de los gobiernos, incluido, o tal vez sobre todo, el de los Estados Unidos. La actividad de un personaje como Obama atesora tal cantidad de decisiones trascendentes para los habitantes de su país y para los habitantes de todo el mundo que no es fácil y ni siquiera recomendable intentar generar en esta entrada una lista desarrollada de todas ellas; pero ya que nos encontramos en un medio interactivo, invito al casual lector de estas líneas a consultar cualquier currículum académico, vital y político de quien todavía es hoy el presidente del Imperio. La lista de capítulos sobre los que ha logrado legislar para bien de manera efectiva o sobre los que aún recae el intento pese al lastre de tantos opositores de diversa laya, siempre leprosa, es interminable: igualdad social, minorías discriminadas, inmigración, droga, uso de armas, expansión de la cultura, dictaduras, conflictos bélicos internacionales, sanidad pública, economía —está todavía por ponderarse lo inédito de un dirigente de desenvoltura tan ágil en asuntos de justicia social y estrictamente técnicos, como el de superar una crisis económica brutal—, medio ambiente, sostenibilidad, energías…  Aunque nos encontremos fuera de la lógica política, para poder criticar de manera mínimamente digna, deberíamos abrir siempre las ventanas del conocimiento. Lo mismo que si uno está fuera de la Iglesia católica y la lógica religiosa pero sabe ver lo que resulta obvio, y es que Jorge Mario Bergoglio está haciendo méritos para convertirse en el Papa más coherente y digno de la historia, tal vez el último bastión de una institución en lógica decadencia, puesto que con toda probabilidad la desacralización de las sociedades sea cosa más de la evolución de la especie que de las contingencias históricas.

Semblanza biográfica y política de Barack Obama:


5 comentarios:

  1. Gracias por la lección que publicas en este artículo, preciosa de verdad.
    Como cacaseno te diré que Los Premios de la Paz son un poco raros en este planeta, ya que un planeta sembrado de ojivas nucleares y demás parafernalia bélica... y el Tratado de No Proliferación Nuclear ahí para disimular desde el 68... Cierto es que la verborrea diplomática y esa política de puertas para afuera es hilar fino también. Son adjudicaciones simbólicas sin crédito real, además de sobreañadir más oropel que laurel a un cargo presidencial que le sobra notoriedad y le falta sobriedad. Los ocho años de Obama no han estado nada mal, especialmente comparados con la destructiva saga Bush o el actual cantinero esquizoide de Trump, acérrimos enviados del maligno a una tierra enferma. En general el balance de las cabeceras periodísticas fueron favorables a Obama y la verdad es que con razón. En un país tan gobernado por los grandes emporios económicos tan hostiles e inamovibles como las mismas ojivas, es realmente difícil hacer cosas en favor del medioambiente y Obama ha hecho esfuerzos positivos en un país dependiente de petróleo, gas y carbón, así como impulsar el Tratado del París, mejor que los anteriores; el Obomacare fue extraordinario, un hito político. Ha creado empleo (12 millones o más) muchísimo aunque haya muchísima más que lo busca actualmente activamente. Ha ayudado a sectores económicos decisivos para recuperarse de la peor crisis monetaria y lo hizo muy bien con la FED con los tipos que aumentaron el consumo y comercio. Fue importante regular Wall Street (ley Dodd-Frank) para prevenir desmadres. Intento abrir y regular el tema de la venta de armas a civiles, valientemente e históricamente hablando, en una nación con un fusil como almohada y miles de muertos y heridos gracias a la obsoleta Segunda Enmienda. En política externa y pese a ser criticado por la gestión en Siria en particular por la izquierda europea, claro (a mi parecer actuó correctamente en una cautelosa desconfianza hacia Assad e ISIS); ha lidiado con países complejos como Irán de modo inteligente. Estados Unidos tardará tiempo en volver a tener un no arrogante y no ignorante presidente como Obama. Se deportaron miles de hispanos y la deuda creció de 10,6 billones de dólares a 19,9 billones. Pero teniendo en cuenta el estamento político disponible, Obama ha sido un superhombre en un mundo de matones y charlatanes. No sólo se habla sin saber, sino de reflexionar de cuán problemático debe ser para el político abrirse paso para imponer sus compromisos y promesas en sistemas de intereses monolíticos fuertemente consagrados por las mismas leyes. Un abrazo que puedas sentir sobre tus mejillas***

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  2. Estimado Alex, pareces conocer bien el asunto. Así que tu suculento comentario sanciona y valida con su sello esta entrada en el Diarius. Gracias. Una pena que hayas eliminado tu remembranza sobre nuestro pasado escolar. Un abrazo.

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  3. Querido Hernán, recibo este correo con la misma alegría de siempre. Pienso a menudo en como Yo (no hablo desde la esencia de mi ego) podría expresarme mejor sin dañarte, quizá -pensé- no es el mejor momento para decir esto o lo otro, tal vez alguien o los que más velan de cuidarte me reconvendrían pensando en el lado emocional y que no es acertado señalar remembranzas del pasado. Por ese motivo me autocensuré y retire el escrito preocupado de que ya lo hubieras leído. Cuán egoísta puede ser uno en tratar de halagar a otro con hermosos recuerdos... Diré en mi descargo que lo hice con el afecto de entusiasmar. Trate de no hacerlo público pero no encontré otro modo. En fin. Utilizo este seudónimo no sé por qué reticencia en la red. Vivo (cándido me dices ''donde quieras que te encuentres'') en Madrid.
    Hablo a mi mujer de ti. Le hablo de la forma en que escribes pero sobre todo del aire con que lo haces. Le hablo como no, de Belcebú que en cierta manera también paso varias veces por esta mía existencia arrebatándome a mí padre a los once años, luego fue todo peor aunque la vida te ofrece inesperados asideros. Pienso, pero más siento en hasta qué punto todos somos responsables del acontecimiento del otro, pero este es un pensamiento complejo, metafísico como las mónadas de Leibniz. Me reservo ciertos artículos tuyos para leerlos en las condiciones en que se merecen. Un abrazo sobre tus mejillas***


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    1. Alex, gracias por esta última nota. Tu sensibilidad es abrumadora. Te diré que no te preocupes, que te explayes, que digas lo que quieras y como quieras; que dañarme ya es difícil. Y menos cuando ni siquiera es tu propósito. Muéstrate natural, que después de todo es lo que más agradezco.
      La pista de tu padre fallecido creo que me ayuda a terminar de saber quién eres. Casi confirma lo que venía pensando sobre tu identidad. Si no me equivoco, tu "Alex" sólo tiene que ver con tu nombre por las dos primeras letras, "Al". No hay ningún Alejandro detrás. ¿No es así?

      Gracias también por haber vuelto a colgar ese comentario, esa remembranza de infancia hermosa y tan sensible.

      En este Diario está mi correo electrónico, así que puedes escribirme con cualquier particular. Dejo a tu libérrima voluntad la posibilidad de propiciar un encuentro.

      Fuerte abrazo nada inválido y un saludo para tu mujer

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  4. He mandado hoy este mensaje respondiendo al tuyo, Hernán. ¿Te llegará? ¿Debo publicarlo como comentario en esta misma entrada para que puedas leerlo? Lo digo porque, según tengo entendido en tu correo se lee: Hernán Valladares Álvarez (Herni Valvarezsky) noreply-comment@blogger.com y según noreply-comment es como: sin respuesta al comentario, o sea, que el autor del blog no recibiría o no desearía recibir comentarios a través de este correo, se envían pero no los recibiría. Parece ser que el autor o blogger debe de configurar el blog para recibir dichos mensajes. No obstante, tal vez este yo equivocado. De modo que envío a este correo y si no te llega me lo dices y publico un correo accesorio en la entrada para que pueda yo recibir alguno tuyo. Un fuerte abrazo.

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